sábado, 7 de febrero de 2009

EL ABANICO DE SEDA:
LISA LEE
Palabras de la autora: Un día, en la década de los años sesenta, una anciana se desmayó en una estación rural de ferrocarril de China. Cuando la policía registró sus pertenencias con objeto de identificarla, encontraron unos papeles con textos escritos en lo que aparecía un código secreto. Al encontrarse en plena Revolución Cultural, los oficiales detuvieron a la mujer y la acusaron de espionaje. Los expertos que descifraron el código se dieron cuenta casi de inmediato de que aquellos textos no tenían nada que ver con las intrigas internacionales. Se trataba de una escritura utilizada únicamente por mujeres desde hacía mil años y que los hombres desconocían. Inmediatamente enviaron a esos expertos a un campo de trabajo.”La primera vez que oí hablar del nu shu fue mientras escribía una reseña de Aching for beauty, de Wang Ping, para Los Angeles Times. El nu shu y la cultura que había detrás me intrigaron y me obsesionaron. Descubrí que se habían conservado muy pocos documentos de nu shu, cartas, historias, telas y bordados, pues la mayoría se quemaban en la tumba por motivos prácticos y metafísicos. En los años treinta los soldados japoneses destruyeron muchas piezas que se habían conservado como reliquias de familia. Durante la Revolución Cultural, la ferviente Guardia Roja quemó más textos y luego prohibió a las mujeres asistir a celebraciones religiosas y realizar el peregrinaje anual al templo de Gupo. En los años posteriores, el rigor de la Oficina de Seguridad Pública redujo aún más el interés por aprender o conservar esa escritura. Durante la última mitad del siglo xx el nu shu estuvo a punto de extinguirse al desaparecer las razones básicas por las que lo empleaban las mujeres”.[...]“Fui a Tong Shan a conocer a Yang Huanyi, que entonces tenía noventa y seis años y era la mujer más anciana que conocía el nu shu. Le habían vendado los pies cuando era niña y me relató su experiencia, así como los ritos nupciales. (Aunque el vendado empezó a prohibirse a finales del siglo XIX, continuó realizándose en las zonas rurales hasta bien entrado el siglo XX. En 1951, cuando el ejército de Mao Zedong liberó el condado de Jiangyong, dejó de practicarse.) ”Hace relativamente poco tiempo la República Popular China rectificó su postura respecto al nu shu y ahora lo considera un importante elemento de la lucha revolucionaria del pueblo chino contra la opresión. El gobierno intenta mantener viva la escritura, para lo cual ha abierto una escuela de nu shu en Puwei. Fue allí donde conocí y hablé con Hu Mei Yue -la nueva maestra-, y con su familia. Ella me contó historias de sus abuelas y me explicó cómo le habían enseñado nu shu”.
El abanico de seda entrevista con Lisa see Fragmento publicado en Los Angeles Times

1 comentario:

Ivana Carina dijo...

Hola Amiga mía!!!

Qué interesante historia...

Un placer leerte de nuevo!

Un beso!

¿visitas?